La reacción de la infanta Elena al último escándalo de Froilán en Madrid

El nieto díscolo de los eméritos ha exprimido al máximo su última visita a nuestro país: tras la boda de Almeida se fue a un ‘after’ a Leganés, celebró el cumpleaños de Jaime de Marichalar y no faltó al funeral de Fernando Gómez-Acebo.

Errores y aciertos de los looks de los invitados a la boda de José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo

Froilán, la infanta Elena y Victoria Federica tras el funeral de Fernando Gómez-Acebo
Froilán, la infanta Elena y Victoria Federica tras el funeral de Fernando Gómez-Acebo / Gtres

Hacía tiempo que Froilán no pisaba Madrid, por eso, como haría cualquier joven de 25 años en sus circunstancias, ha aprovechado su regreso a casa de este fin de semana para reencontrarse con sus amigos, ver a la familia y, retomando sus viejas costumbres, disfrutar de la noche madrileña hasta altas horas de la madrugada.

Hace ya más de un año que el hijo mayor de la infanta Elena y Jaime de Marichalar se mudó a Abu Dabi con su abuelo, el rey Juan Carlos, con el objetivo, en parte, de llevar un perfil mediático más bajo y no provocar escándalos que pudieran afectar al apellido Borbón. Sin embargo, para pesar de la Familia Real, en esta visita a nuestro país ha regresado a las andadas y ha vuelto a acaparar titulares por sus salidas nocturnas que, todo sea dicho, ha compaginado con habilidad con los compromisos sociales y familiares por los que viajaba. 

Victoria Federia y Froilán en la boda de José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo

Victoria Federia y Froilán en la boda de José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo

/ Gtres

La frenética visita de Froilán a Madrid

Pocas horas después de aterrizar en España, Felipe Juan Froilán de Marichalar y Borbón se reencontró con su grupo de amigos el viernes y, según ha confirmado el programa ‘Y ahora Sonsoles’, estuvo hasta las 4 de la mañana en Gunilla, una de las discoteca de moda de la capital.

Solo unas horas después, sobre las 11:30 horas del sábado, le veíamos entrar, impecable, a la boda de José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo junto a una buena representación de la familia Borbón. El ‘royal’ llegó junto a su hermana Victoria Federica y su madre; a la salida de la iglesia posó junto a su abuelo, su tía, la infanta Cristina, y su primo Juan Valentin Urdangarin; y, para sorpresa de muchos, fue de los primeros en abandonar el convite junto a su abuela, la reina Sofía.

Pero en los planes de Froilán no entra irse a casa a descansar: según ha trascendido, tras cambiar el traje por una sudadera, volvió a salir de fiesta con sus amigos. ‘Socialité’ ha publicado que no quiso perderse el primer aniversario de uno de los locales de moda de Madrid, donde estuvo hasta las 6 de la madrugada. Después, puso rumbo a Leganés para permanecer en un ‘after’ hasta las 11 de la mañana.

El joven no ha tenido mucho tiempo para descansar pues ese mismo día tenía prevista una comida familiar para celebrar el cumpleaños de su padre, que este domingo ha soplado 61 velas rodeado de su círculo más cercano.

La reacción de la infanta Elena

Esta energía incombustible y su maratón de planes han generado mucho ruido en los medios de comunicación y las redes sociales. No obstante, Froilán ha continuado con su apretada agenda este lunes, cuando ha asistido al funeral de Fernando Gómez-Acebo (el hijo de la infanta Pilar de Borbón, que murió el pasado 2 de marzo a los 49 años) acompañado de nuevo por su hermana y su madre, quien se ha mostrado muy protectora con su primogénito ante las preguntas de la prensa congregada en el evento.

La infanta Elena y sus hijos, Froilán y Victoria Federica, en el funeral de Fernando Gómez-Acebo

La infanta Elena y sus hijos, Froilán y Victoria Federica, en el funeral de Fernando Gómez-Acebo

/ Gtres

Agarrados del brazo y con gesto serio como corresponde a la ocasión, madre e hijo han evitado hacer declaraciones a su salida de esta misa que ha propiciado el encuentro de los reyes Felipe y Letizia con el resto de los Borbón. Pero a veces no hacen falta palabras y ese gesto maternal ha sido interpretado por muchos como una señal de apoyo de la infanta Elena hacia Froilán ante su agitado fin de semana en Madrid. Ella no le ha dado ninguna importancia a sus consecutivas fiestas y no ha dudado en arropar a su hijo ahora que lo tiene en casa por unos días. 

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