Cómo saber si tienes dependencia emocional de tu pareja y cuáles son las claves para superarla

Durante años, se ha asociado el término dependencia emocional a algo negativo, pero no es tan sencillo hablar de este término. "La dependencia emocional en sí misma, existe desde que nacemos", comienza diciendo la Dra. Celia Incio del Río, especialista en psicología y miembro de Top Doctors. "Cuando somos bebés, dependemos de nuestros padres para todo, sin embargo, ellos no dependen de nosotros para nada, a esto le llamamos dependencia vertical", o lo que es lo mismo, "relaciones en las que hay una jerarquía, ya sea por recursos o situaciones de indefensión o incapacidad". Este tipo de dependencia, como bien apunta la doctora, se va igualando conforme llegamos a la edad adulta, donde pasamos a vivir la denominada dependencia horizontal, "lo cual se refiere a aquella dependencia emocional que, inherente a la condición de seres humanos, sentimos por nuestra red de apoyo; familia, amigos, pareja…". En definitiva, la dependencia emocional en sí misma es algo natural y saludable, siempre que se encuentre en horizontalidad, "es decir, que sea recíproca, que no coarte la libertad de cada uno de los individuos más allá de los límites establecidos entre las partes, y que se viva desde el deseo y no desde la necesidad". ¿Cuándo está el problema? Cuando "nos encontramos viviendo en una relación en la que existe un enganche, en la que si me imagino sin la otra persona me siento como si estuviera sin oxígeno, y que sería incapaz de alejarme de ella a pesar del sufrimiento que esa relación me pudiera generar, es probable que esta dependencia emocional sí sea dañina y negativa".

Los síntomas que alertan de que existe dependencia temporal a tu pareja

La propia Incio del Río señala las señales de se dan en la pareja y que determinan que sí hay dependencia emocional:

• Vivir la individualidad del otro como un peligro: cuando queremos alguien de forma sana, queremos escuchar sus necesidades, preferencias y deseos, incluso aunque no coincidan con los nuestros. "Esto no quiere decir que las suyas prevalezcan, sino que existe un deseo y disposición por escucharlas y llegar a un equilibrio entre ambos", explica. "Si el hecho de que el otro sea libre nos supone tanto pánico que no podemos evitar llevar a cabo conductas de control de manipulación emocional (como por ejemplo, "si sí, sal con tus amigos, yo me quedaré aquí solo"), es un síntoma de dependencia emocional", ya que "lo ideal es sentirnos seguros dejando a la otra persona ser, desde el cariño y cuidado mutuo".
• Cuando agradar a la otra parte está casi siempre por encima de nuestras preferencias o necesidades. Si una persona agrada por sistema y lo hace también cuando va en contra de sus intereses, al final nos encontramos con la premisa de 'lo que el otro quiera siempre es más importante que lo mío'. "Este es un mensaje muy poco amigo de una buena autoestima y frecuentemente, esto viene acompañado de creencias de 'yo no soy suficiente' o 'soy menos que-0 algo que puede promover la instauración de relaciones muy asimétricas, cargadas de frustración y daño", es decir "podemos desarrollar una hipertolerancia a situaciones abusivas con tal de impedir que la relación se deteriore o se termine".
• Sentir que en cualquier momento, la otra persona se irá. "Cuando sentimos que inminentemente la otra persona se acabará cansando de nosotros y nos abandonará, nos encontraremos viviendo relaciones caracterizadas por el miedo", apunta. Y en este caso, estamos "poniendo en marcha muchas de las conductas anteriormente nombradas, hipervigilancia, control, sumisión, complacencia constante… Lo que hay que hacer en estos casos, "nos sentiremos continuamente en peligro, por lo que experimentaremos elevados niveles de ansiedad y malestar ante tal incertidumbre".
• Encadenar relaciones de pareja sin dejar espacio al duelo. "En estos casos es probable que estemos depositando nuestra fuente cariño, respeto y  valor exclusivamente en una aportación externa, sin la cual sentiremos un gran vacío", aunque en muchas ocasiones este ·no se llena al estar con alguien, lo podemos sentir como un gran alivio".
• Reivindicar constantemente atención en la relación, y que nunca parezca suficiente. Evidentemente, cada relación es un mundo, y hay casos en los que el conflicto proviene de la propia dinámica de pareja. No obstante, "también es posible que exista esta dependencia insana, cuando una de las partes reprocha constantemente la falta de detalles, de atención y/o cariño, siendo siempre insuficiente e independientemente del compromiso e implicación del otro miembro de la relación", es en estas ocasiones, tal y como explica la doctora, "lo que puede estar saliendo a la luz es una carencia interna que tratamos de reparar constantemente a través de la otra persona, y que nunca parece saciarse".

Consejos o claves para superar la dependencia emocional de tu pareja

Una vez hayamos dado el primer paso, el más importante, como es reconocer que hay algo que no está bien y que está provocando dolor, la clave está en querer cambiar y trabajar en ello. Superar una dependencia emocional implica un proceso gradual y multidimensional y la doctora apunta diferentes pasos para lograrlo:

1. El autoconocimiento. Reconocer y aceptar que nos encontramos en una relación en la que no nos sentimos a gusto, ya sea por cómo me siento o veo yo en ella; o por como estas emociones o pensamientos me llevan a actuar.  
2. Identificar la causa. "Puedo pensar en si ya he tenido esta sensación con otras relaciones, si siento que siempre acabo inmersa en las mismas dinámicas (como por ejemplo, cuidando de la otra persona o aguantando cosas que siempre pensé que no aguantaría…)", explica.
3. Reconocer y darle valor a las emociones. Otro tip de gran ayuda, ya que "cuando nos encontramos en una relación de dependencia emocional, nos podemos ver entre dos polos: o bien mis emociones siempre son las últimas en tener voz, o cuando aparecen gritan en forma de explosiones de llanto o ira". Estas son dos caras de la misma moneda, y ambas situaciones nos pueden dar mucha información, por lo que es importante "analizar si te ocurre esto en alguna situación y trata de conectar con los mensajes que estas emociones pueden querer decirte".
4. Desarrollar nuestra autoestima. Como no podía ser de otra manera, nuestra autoestima juega un papel fundamental en nuestras relaciones. "Es importante distinguir si nuestros logros, cualidades y habilidades son importantes para ti, independientemente de la aprobación y reconocimiento externo", o si, por el contrario, "sientes que sin él todo lo que tú haces, carecería de sentido o importancia". En este último caso, resultará fundamental trabajar en mejorar tu autoconcepto y autovaloración, así como encontrar actividades y retos que te den satisfacción personal.
5. Establecer límites sanos es indispensable tras los pasos anteriores. "Aprender a decir 'no' cuando sea necesario, pedir ayuda cuando la necesitemos, dar nuestra opinión sobre algo en lo que no estamos de acuerdo independientemente de la de los demás… es decir, reconocer nuestras necesidades y prioridades y saber comunicarlas de una manera asertiva".
6. Crear un plan de acción, el último paso para poder dar orden y conseguir poquito a poco tus objetivos. Es ahí donde puedes incluir metas realistas que te permitan celebrar tus progresos y acompañarte en todo el proceso de cambio. "Cuando trabajamos en nuestras relaciones, estamos trabajando muchísimas cosas, desde nuestros primeros vínculos y el tipo de apego que ellos han determinado, hasta los esquemas de pensamiento que se han ido forjando a lo largo de toda nuestra historia de vida", nos explica la doctora.